El capítulo 66 del manga de Dragon Ball Super nos ha traído el final de la batalla entre Moro y los guerreros Z, dejándonos un desenlace con una gran sorpresa y un regreso inesperado.
La pelea contra el implacable Moro había llegado a uno de sus puntos más altos en el capítulo anterior. Luego de verse acorralado por Goku, el poderoso villano usó su última carta, fusionarse con la Tierra. Esta situación dejó en jaque a todos nuestros héroes. Moro podía explotar y acabar con toda la galaxia.
Es en este punto tan climático en el que comienza este capítulo 66. Analicemos algunos de los momentos más destacados y reseñables de este épico desenlace.
Bills casi entra en acción.
El perezoso dios de la destrucción parecía que por fin iba a entrar en acción en el inicio del capítulo. Sin embargo, nuevamente es sacado de la escena por un llamado del Daishinkan Sama (el gran sacerdote). Este llama a Bills y a Wiss de forma urgente, por lo que posiblemente tiene que ver con la desaparición de Merus.
La casi participación de Bills es bastante reseñable porque debido a la actitud del dios, podemos suponer que no le hubiera llevado mucho trabajo derrotar a Moro. De esta forma, podemos especular que aún es muy superior en poder a Goku (pese a que este ya haya alcanzado el Ultra Instinto perfecto).
Aunque quizás, más allá de su poder, Bills pudo haber desaparecido por completo al malvado hechicero con su técnica de Hakai. Una habilidad que también hemos visto intentar usar a Goku en sagas anteriores pero que seguramente el dios de la destrucción del universo siete domine a la perfección.
Por otro lado, antes de retirarse, Wiss decide ayudar a Goku dándole la clave para derrotar a Moro. Debe destruir el cristal de su frente donde tiene copiadas las habilidades de Merus.
Si bien me encanta el personaje de Wiss, me hubiera gustado que este punto débil lo deduzca Goku o alguno de los demás guerreros Z por su cuenta. Quizás, Wiss pudo haber dado una pista, pero no la respuesta por completo.
La batalla de todos contra Moro.
Pese a que a lo largo de la saga de Moro, los fans deseaban una resolución en la que Vegeta fuera quien diera el golpe de gracia al villano principal, tuvimos una resolución diferente. Fue una vez más Goku quien se encargó de dar este golpe final. Sin embargo, la construcción de este ataque final fue brillante, pues permitió dar participación y protagonismo compartido a prácticamente todos los guerreros Z.
Una vez que tuvo la clave para derrotar al villano de parte de Wiss, Kakaroto usó todas sus fuerzas para intentar quebrar ese cristal. Para esto recibió ayuda de Vegeta, quien comprendió rápidamente lo que debía de hacerse. Usando la "separación forzada del espíritu" (la nueva técnica aprendida durante esta saga), intentó debilitar a Moro todo lo que pudo para que Goku pudiera alcanzar su objetivo. Lamentablemente, el poder de absorción de Moro estaba fuera de control y ambos Saiyans no lo pudieron conseguir.
Entonces, entran en escena el resto de los guerreros Z. De todos ellos, Piccolo propone a Vegeta usar su técnica pero a la inversa, para transferir sus energías a Goku. Vegeta entiende que el principio para hacerlo es el mismo y se pone en marcha. Al mismo tiempo, Dende manda la energía de todos los que se encuentran en el templo sagrado. Una gran cantidad de poder se reúne (como si se tratara de una mini genki dama).
Sin embargo, este poder no es suficiente. Goku no alcanza el poder necesario para derrotar a Moro. Apenas accede a su nivel de Super Saiyan Blue, con el que está lejos de conseguir la destrucción de la gema de la frente del villano.
Nuevamente, Toriyama y Toyotaro nos plantean un momento climático, donde los héroes están sin salida.
Una nueva esperanza.
Parafraseando el título de la primera película de la saga de Star Wars, una nueva esperanza aparece en el campo de batalla. Una energía divina con un poder descomunal llega para ayudar a Goku a recuperar su ultra instinto y finalmente dar el golpe final al villano.
¿Pero de dónde vino esta misteriosa energía? Viñetas más atrás, Jaco se percata de algo cuando escucha que los guerreros hablan de "Ki Divino" y se marcha del campo de batalla. Luego, lo vemos llegar al templo de Kami Sama en busca de Majin Buu. El plan era despertar al Sagrado Kaiosama (Gran Kaio Shin) que habitaba todavía en el cuerpo de Buu.
Más adelante, veríamos cómo el Sagrado Kaiosama, ya despierto, fue hacia donde se encontraba nada menos que Uub, y lo ayudó a que pudiera donar su energía divina para ayudar a Goku.
Sin dudas, este fue mi momento favorito del capítulo. De esta forma, se recupera al Sagrado Kaiosama, quien ya tuvo participación al incio de la saga; y se explota la idea que también se explicó en los capítulos iniciales del arco: el poder divino de este dios habían quedado en el Majin Buu maligno. Por ende, resucitaron en el cuerpo del pequeño Uub.
Simplemente, no fueron olvidados. Sino que estaban siendo guardados, para ser empleados en este momento tan crucial.
De esta manera, pese a que es nuevamente Goku quien derrota al villano, son todos los personajes, desde Vegeta hasta Jaco, desde Piccolo hasta Dende, desde el Sagrado Kaiosama hasta Uub, quienes colaboran para conseguir esta hazaña final. Lo que me deja un muy buen sabor de boca.
La transformación polémica.
El final de la saga.
Si bien, la batalla contra Moro parece haber terminado por completo, la saga aún continúa. Todavía debemos ver un epílogo que de cierre a todas las tramas que el arco planteó. Sobre todo, saber qué ocurrirá entre Bills y Wiss con el Gran Sacerdote. Podremos descubrir de esta forma, las consecuencias de la muerte de Merus.
Además de este breve y necesario epílogo, siento que el siguiente capítulo del manga, ya nos dará una breve introducción a la siguiente saga de Dragon Ball Super.
Sobre esto podemos especular si finalmente llegaremos a ver qué ocurrió después del final de Dragon Ball Z (esto reforzado viendo el reciente protagonismo de Uub); o si todavía se explorarán otras ideas antes de alcanzar ese momento.
El próximo capítulo de Dragon Ball Super llegará el 20 de diciembre.
La imagen coloreada de la portada pertenece al artista @renan_roque de Instagram. No dejen de seguirlo para seguir viendo su trabajo.
